Julián Busca, argentino de origen, llegó a Cataluña hace 11 años. Reside en Castelldefels con su mujer y tres hijos de 3, 7 y 9 años. Es uno de los 10 padres que recurrieron a los tribunales para exigir más horas de castellano en el aula y a los que un auto reciente del Tribunal Superior de Cataluña ha reconocido este derecho, que también extiende a los compañeros de clase.
Pregunta. ¿Cómo valora el auto del tribunal?
Respuesta. Estoy contento porque es un paso más para reivindicar algo que legalmente ya está estipulado así en sentencias anteriores.
P. ¿Por qué decidió recurrir a los tribunales?
R. Todo empezó el año pasado durante una asamblea de padres en la escuela, donde el tema a tratar eran los recortes. El tema era muy importante, así que pedí al director que hablara en castellano para que todos los padres pudiéramos entender lo que decía. Había familias de otros países. El director nos dijo que estaba obligado a hablar en catalán en el recinto de la escuela y eso me chocó mucho.
P. ¿Ha vivido otras ocasiones en las que se hayan negado a hablarle en castellano?
R. De manera tan abrupta no. En el anterior colegio de Barcelona, muchas cosas, como las comunicaciones con los padres, eran en catalán. Pero la diferencia es que no nos habíamos encontrado con la necesidad de entenderlo en reuniones de vital importancia, como los recortes. Pero no es por mí, es por solidaridad con los otros padres. También tengo que decir que, en verdad, la tutora actual de mis hijos acaba hablando en castellano conmigo, por deferencia.
P. ¿Qué es lo que pretendía conseguir con la demanda?
R. Que estuviera más presente el castellano, que la proporción fuera más equitativa.
P. Para usted, ¿cuál sería la situación ideal en la escuela?
R. Para mí lo ideal es la misma situación que vivimos a nivel social, un bilingüismo natural. Y en la escuela, un 50%-50% de presencia de las lenguas.
P. Pero por lo que explica, todo surge de un problema más bien personal o administrativo, de comunicación con la escuela. ¿No considera que ha trasladado ese problema a un ámbito académico que afecta a muchos niños?
R. Tengo que reconocer que no tenía claro qué debía hacer y cómo iba a ser. Pero durante el camino para asesorarme me dijeron que no tenía por qué ser así, que tenía derecho a que me hablen en castellano. Pero no lo inicio por una rabieta en una reunión, sino porque creo que los niños pueden aprender los dos idiomas a la par, sin que ninguno de ellos salga perjudicado.
P. ¿Entiende usted el catalán? ¿Y sus hijos?
R. Entiendo perfectamente el catalán, porque, de hecho, tengo raíces catalanas. Además, soy comercial y perfeccioné esta lengua porque la necesitaba para mi trabajo, igual que tuve que hacer con el inglés. Mis hijos hablan perfectamente ambos idiomas. De hecho, escriben mejor en catalán que en castellano.
P. ¿Cree que la Generalitat acatará la sentencia?
R. No creo que afecte a todos los niños. Con la mano en el corazón, creo que la medida no se pondrá en el aula entera, aunque lo digan los tribunales, porque no hay voluntad. Pero eso de que lo limiten a la atención individualizada es una idiotez, además muy costosa e inoperativa.
P. ¿No cree que el resto de padres también tienen derecho a reclamar las clases en catalán?
R. Ni aunque sean 40 padres. Ahora la justicia me ha dado la razón a mí.